ORACIÓN QUE SAN FRANCISCO DE PAULA
REZÓ EN EL LECHO DE MUERTE - 2 ABRIL 1507
Señor mío Jesucristo,
Buen Pastor de nuestras almas,
conserva a los justos, convierte a los pecadores,
ten misericordia de los fieles difuntos
y sé propicio conmigo,
que soy un miserable pecador. Amén
ORACIÓN PARA EL V CENTENARIO
DE LA MUERTE DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Dios, padre nuestro,
Celebrando el V Centenario de la muerte de San Francisco de Paula ,
te damos gracias por haberlo dado a la Iglesia como maestro y guía, protector e intercesor.
A lo largo de estos años han sido muchos los que creyendo en él y amándolo,
te han encontrado y sentido cercano.
Haz que también nosotros podamos sentir la eficacia de su protección.
Concédenos acoger su invitación a ponerte siempre en el primer puesto.
Que recorriendo el camino de la conversión y reconciliación, como él nos ha enseñado,
podamos abrir nuestro corazón a las necesidades de los hermanos.
Y que caminando todos juntos en humildad, ascesis, caridad y servicio, virtudes fulgentes de su santidad,
podamos empeñarnos en construir un mundo nuevo, fundado sobre la justicia y la verdad y gozar un día de la dicha eterna. Amén
Federación Hermanas Mínimas.
ORACIÓN A SAN FRANCISCO DE PAULA.
Sol luminoso de caridad y verdadero padre de los pobres, San Francisco de Paula, como pobre y necesitado de la salvación recurro a ti para que me alcance del Señor una fe viva, una esperanza firme, una caridad ardiente y una paciencia inalterable en las pruebas y contrariedades de la vida.
Tú, que de un modo vivo y completo reflejaste la imagen de nuestro divino Redentor, ayúdame a modelar mi vida según el ejemplo y enseñanzas de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Dame tu ayuda poderosa en toda dificultad material o espiritual e intercede por mí para que, caminando santa mente durante esta peregrinación terrena, merezca gozar contigo de los inefables gozos de la divinidad en la plenitud de la eterna bienaventuranza.
Esta gracia espero confiadamente alcanzar por tu eficaz protección y la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, en virtud de los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo.
Amen.